El Reiki es una práctica ancestral de origen japonés que busca promover la sanación y el bienestar a través de la canalización de la energía universal. La palabra "Reiki" proviene de dos términos japoneses: "Rei", que significa "universal" y "Ki", que se refiere a la energía vital presente en todos los seres vivos. Esta técnica se basa en la imposición de manos para transferir energía y equilibrar los campos energéticos del cuerpo.
De otra parte, el cuerpo etérico es una de las capas sutiles del ser humano, situada entre el cuerpo físico y el cuerpo astral. Se forma con el campo magnético producto del funcionamiento de las corrientes iónicas presentes en el metabolismo y la comunicación hormonal / celular. Este se situa hasta 6 mm por encima de la piel y evidencia una copia exacta de lo material (hasta un lunar, una verruga, etc.), siendo a su vez el nícleo de lo que se denomina el aura.
Así, la energía canalizada durante una sesión de Reiki se transmite a través de las manos del practicante y penetra en el cuerpo etérico del receptor. Esto facilita el flujo de energía, eliminando bloqueos y restaurando el equilibrio alrededor de los chakras (centros) y los nadis (canales).
Práctica del Reiki
Purificación del Espacio: Antes de comenzar la sesión, el practicante prepara el entorno asegurándose de que esté limpio y libre de distracciones. Se pueden utilizar técnicas como el uso de incienso, música suave y una iluminación tenue para crear un ambiente relajante y propicio para la sanación.
Alineación Energética del Practicante: El practicante realiza una breve meditación o ejercicios de respiración para centrar su mente y alinearse con la energía universal (Rei). Es esencial que el practicante esté en un estado de calma y equilibrio para canalizar la energía de manera efectiva.
Recepción del Paciente: El paciente es recibido y se le ofrece una breve explicación de lo que puede esperar durante la sesión. Se le pide que se acueste cómodamente en una camilla, generalmente boca arriba, con los ojos cerrados y en una posición relajada.
Escaneo Energético: El practicante puede realizar un escaneo energético inicial (Byosen) pasando las manos a unos centímetros del cuerpo del paciente para detectar áreas de desequilibrio energético o bloqueos. Este escaneo se realiza sin tocar el cuerpo físico y ayuda a identificar las zonas que requieren mayor atención.
Imposición de Manos: La imposición de manos se realiza en una serie de posiciones específicas, comenzando generalmente por la cabeza y descendiendo hacia los pies. Cada posición se mantiene durante unos 3 a 5 minutos, dependiendo de las necesidades del paciente. Las manos pueden colocarse directamente sobre el cuerpo o a una corta distancia, según la preferencia del paciente y la guía intuitiva del practicante. Las posiciones comunes incluyen la cabeza, los hombros, el corazón, el abdomen, las caderas, las rodillas y los pies. Cada posición se alinea con los chakras y otros puntos energéticos importantes del cuerpo.
Transferencia de Energía: Durante la imposición de manos, el practicante canaliza la energía universal hacia el paciente. Esta energía fluye a través de las manos del practicante y penetra en el cuerpo etérico del paciente, facilitando la sanación y el equilibrio.
Observación y Ajuste: El practicante permanece atento a las sensaciones percibidas a través de sus manos y puede ajustar la duración o la posición según sea necesario. Sensaciones comunes incluyen calor, frío, hormigueo o pulsaciones, que indican la transferencia y el movimiento de la energía.
Integración Energética: Al finalizar la imposición de manos, el practicante realiza movimientos suaves a lo largo del cuerpo del paciente para ayudar a integrar y asentar la energía. Esto puede incluir movimientos de barrido para eliminar cualquier energía residual negativa.
Despertar del Paciente: El paciente es invitado a despertar lentamente y se le ofrece agua para ayudar en el proceso de integración y desintoxicación. Se le da tiempo para compartir sus experiencias y el practicante puede ofrecerle recomendaciones o sugerencias para continuar el trabajo energético.
Purificación y Cierre del Espacio: Después de que el paciente se va, el practicante puede realizar una limpieza del espacio para eliminar cualquier energía residual. Esto puede incluir el uso de técnicas como la quema de salvia, el uso de cristales o la ventilación del espacio.
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